sábado, 2 de octubre de 2010

Desastre.

Melancolía que envuelves mi alma,
¿Por qué tú y no la felicidad?
¿Es la oscuridad un regazo inmoral?
No hay voces que me guien,
Ni siquiera una luz ancestral.
Ah, alegría... ¿Cuán lejos te vas?
Ni plegarias ni llantos.
Sé de sobra que nadie los oirá...

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